Para volver al antiguo, al anterior, al de siempre, al que más me inspiró en su momento. Y añado un subtítulo con renombre, con ilusión, con entusiasmo. Aquel blog no lo abandono, sólo lo descuido. Quedará ahí para que quien quiera pueda seguir leyéndolo, y quien desee bucear pueda hacerlo a placer. Muchas páginas dedicadas a preguntas, a búsquedas, que ahora retomo en este nuevo lugar. Con el mismo espíritu, haciéndome eco de las mismas cuestiones, viviendo de igual manera una vida que desea ser intensamente saboreada. Nunca solo, siempre en compañía de aquellos que caminan en la misma dirección, e incluso de aquellos que van en dirección contraria (a la mía). Sigo con preguntas, anoto alguna respuesta tímida, apunto y señalo con claridad algunas veces, y otras con mayor prudencia me reservo para la escucha, para la reflexión, para el diálogo, para el encuentro. Sea como fuere, me apetecía cambiar el título del blog por el de siempre. Y ahí queda eso.
Pues te seguiremos leyendo, con el título que sea. La última semana de agosto es la ideal para la toma de este tipo de decisiones: comenzar el futuro mirando los orígenes.
Gracias
Fue el título del blog lo que me trajo la primera vez hasta acá. Recuerdo haber puesto dos palabras en el buscador: preguntar y vocación.
Me gusta el cambio!
Muchas gracias.
Entre otras cosas por eso lo cambio. Espero que siga atrayendo y dando los mismos frutos, o mejores.
Qué energías renovadas! Felicidades! Como a Ana a mí lo de preguntarse… me ‘haló’ en su momento! Lo malo es que te leía por suscripción e-mail y no me ‘veías’ jajajajaja, pero sabes le doy el 100 o el post del año a «Abandono el Sacedocio» que me sigue dando resuene en la mente y en alguno que otro que sacaste de este blog para el provisional. En momentos críticos de este año recuerdo ese post de ‘abandono’ y aparece Dios con poder. Ojalá Dios te inspire a seguir adelante, te dé fuerzas, fe, celo por la misión y sobre todo PAZ!
Padrecito, se ha propuesto liarme.
Este comentario lo dejo sin comentar… ¡Pedrero! ¡Pedrero! ¡Que nos conocemos!