Leer «Nada»


Esta hermosa danesa, llamada Janne Teller, ha conseguido escribir en los tiempos que corren una novela pensada para adolescentes al principio, prohibida para ellos después y que, finalmente, ha terminado cautivando a más de un adulto en su profundidad. ¡Nihilismo puro! ¡Escrito con todas sus consecuencias! ¡Nada de nada! ¡Nada en la fase destructiva, nada en su perspectiva final! Y en el avance de la narracción la debastadora pérdida de todo lo humano tanto en cuanto se cuestiona el sentido que le mueve. Termina precisamente así, mostrando un mundo engullido por la debastación absoluta del sentido, actuando como si nada hubiera pasado, sabedores de que existió un tiempo en el que los niños protagonistas podían construir su mundo y descubrir el sentido que tenía para ellos. Termina precisamente así. Con nada. Una nada engañosa, una nada fruto de la expulsión del paraíso de inocencia en el que vivían felices y contentos.

Lo compró uno de mis compañeros de comunidad. Comentó por encima que había sido polémico. Y cuando terminó, se lo pedí. Si empecé el libro después de comer, cuando me senté a cenar ya lo había tragado por completo. O él a mí. Con cara de susto y horrorizado por la historia. ¡Claro que es polémico! ¡Aunque sea un libro de pastas inocentes!

Te cuento de qué va, resumidamente. Un grupo de niños comienzan a exigirse unos a otros poner en un montón común, en una casa abandonada, algo importante. A modo de pacto de comunión y fidelidad, como jugando a demostrar que lo humano, los amigos cercanos, son lo único importante bajo las estrellas. Con una salvedad, desvelada después. Ante el miedo de no poner nada verdaderamente significativo en el montón, comienzan a exigirse unos a otros qué debe posarse en él como ofrenda. Y ahí empieza la cadena, que va a más, de peticiones en forma de robo de unos sobre otros, como dañándose en lo más íntimo, como si empezasen por una bofetada y terminasen con una patada en la boca. De las cosas pasan a exigir lo inexigible, verdaderamente valioso y misterioso. Terminando por la vida de uno de los jóvenes. Y luego se van de allí como si nada, ante la atenta mirada y conocimiento de los adultos.

¿Te lo recomiendo? Nada.

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